Catorce estudiantes comienzan este curso el Grado de Fisioterapia en la Escuela Universitaria de la ONCE
Llega el mes de septiembre y con él la progresiva ‘vuelta al cole’ para la mayoría de estudiantes de todos los niveles educativos. Así, la Escuela Universitaria de Fisioterapia de la ONCE también abre las puertas al nuevo alumnado que comenzará en este curso 2023/2024 el Grado de Fisioterapia en sus aulas.
En total, catorce estudiantes con ceguera y discapacidad visual grave afiliados a la ONCE, porque esta es la condición indispensable para poder entrar en la Escuela, además de tener cumplidas las condiciones de acceso a la Universidad en cualquiera de sus diferentes vías, tal y como explica la directora del centro, Ana Varas de la Fuente.
A priori, en la Escuela Universitaria de Fisioterapia de la ONCE, adscrita a la Universidad Autónoma de Madrid (UAM), no existe la nota de corte, porque lo habitual es que haya plazas suficientes que se ajustan a la demanda. Ahora bien, los aspirantes deben cumplir una serie de competencias adicionales, “que deben venir informadas en la solicitud, pero que son evaluadas durante las correspondientes pruebas de acceso”, aclara Varas. Dichas competencias se refieren a tener un código de lectoescritura adecuado al nivel de los estudios y a la orientación y movilidad del alumnado. Las pruebas se completan con una entrevista personal, y una revisión médica para determinar que no tienen ningún problema físico incompatible con la profesión de fisioterapeuta.
Cristian Sierra Angulo es uno de esos 14 alumnos que han conseguido superar las cuatro fases del proceso de selección para este curso, y aunque reconoce que no eran difíciles, alguna de las pruebas sí le costó algo más debido a sus nervios. Cristian tiene 20 años, es natural de Castillo de Villegas, un pueblo pequeñito de Cantabria, al lado de Noja, y para él llegar a estos estudios ha sido todo un reto porque es la primera vez que sale de su localidad por tanto tiempo y sin su familia, a la que le ha costado un poco dar el paso de dejarle volar. Tomó su decisión ya en 4º de la ESO, tras afiliarse a la Organización y conocer la opción de la Escuela de Fisioterapia. Aunque tenía muy claro que no quería hacer Bachillerato y se decantó por la Formación Profesional, primero hizo el Grado Medio de Atención a Personas en Situación de Dependencia, y después el ciclo Superior de Integración Social. A partir de ahí, tras mucho pelear, decidió “seguir adelante y luchar por mis sueños, porque si no lo hago ahora, ¿cuándo lo voy a hacer”, nos cuenta.
Otra de las alumnas que comienza ahora el Grado de Fisioterapia, Beatriz García Couceiro, también decidió en 4º de la ESO que quería estudiar en la Escuela Universitaria de la ONCE, aunque su recorrido ha sido distinto. Beatriz es de Madrid, tiene 17 años, y ella tenía claro que quería “estudiar algo dentro de la rama sanitaria, que trate con personas”, y tras darle algunas vueltas, se dijo que “la carrera que trata con personas, desde el punto de vista físico, es la Fisioterapia”, asegura. Pero, tenía igual de claro que no quería enfrentarse a un Bachillerato de Ciencias, por lo que descartó otras universidades, y tiró por la rama de Sociales, con el objetivo de llegar al acceso a la Escuela de la ONCE. “Ya que tengo esta oportunidad, voy a aprovecharla”, dice.
Según la directora del centro, la mayoría de los chavales que optan por estudiar el Grado de Fisioterapia en la Escuela, “lo que buscan es una profesión en la que puedan desarrollarse, porque la fisioterapia es una profesión que se puede desempeñar perfectamente con discapacidad visual y buscan una oportunidad de vida, una profesión”. Y, además, eligen nuestro centro porque “saben el prestigio que tiene y que van a estar bien preparados, y aunque sean de fuera de Madrid y les cueste más, nos eligen porque saben que van a tener mejor formación”, asegura.
Una educación universitaria adaptada a las necesidades del alumnado
En la Escuela Universitaria de Fisioterapia de la ONCE, lo habitual es que la cifra de alumnos de nuevo ingreso ronde entre 14 y 18 personas, como en el curso que comienza, que han sido catorce los alumnos que han superado las pruebas de acceso de entre los diecisiete aspirantes. Cada año se convocan 24 plazas, si bien se trata de “una cifra que se fijó en unos años en los que hubo una explosión de interés por la Fisioterapia, con el fin de que ningún alumno afiliado que cumpliera los requisitos se quedara fuera. Es una profesión que pueden desempeñar perfectamente las personas con discapacidad visual, por lo que es una carrera de elección”, explica Ana Varas.
El Plan de estudios de la Escuela está aprobado por el Ministerio de Educación y Formación Profesional y verificado por la Universidad Autónoma y es muy similar al de otras universidades, afirma la directora. “Aunque sí hay algunas diferencias, no tanto en las asignaturas que se estudian en otros planes de estudios, sino que la diferencia está en el número de horas que nosotros destinamos a la formación práctica, tanto en las clases teórico-prácticas como en las prácticas en sí. En comparación con otras universidades tenemos más horas de prácticas porque consideramos que es imprescindible para que nuestros estudiantes adquieran las habilidades, las competencias profesionales, porque a hacer se aprende haciendo, y la fisioterapia es una profesión que requiere habilidades de trabajo manual”, continúa.
Precisamente, en este curso 2023/2024, la Escuela de Fisioterapia de la ONCE completa la adaptación al nuevo plan de estudios, que dio comienzo en el curso 2020/2021 para modificar algunas asignaturas y adecuar más el perfil de los egresados a las necesidades del perfil del profesional fisioterapeuta actual. Ese cambio en el plan de estudios se ha ido implantando curso a curso, empezando desde primero, y ahora se completa con los cambios que se van a introducir en el cuarto curso. Esto implica que habrá dos asignaturas nuevas en este último curso del Grado, que son Fisioterapia en Obstetricia y Ginecología (algo que hasta ahora no existía y es un campo emergente en la profesión) y Fisioterapia Deportiva, también emergente.
De forma paralela a los estudios reglados del Grado, “nosotros diseñamos e implantamos un plan de formación de competencias transversales, que es extracurricular (es decir, voluntario). Detectamos que nuestros estudiantes necesitaban, además de tener las competencias para poder ser profesionales integrales, tener otras habilidades (comunicación, saber trabajar en equipo, tener habilidades interpersonales, capacidad de liderazgo...) Y estas competencias transversales que no se pueden introducir en el plan de estudios, decidimos incorporarlas a una formación de tipo extracurricular, que también vamos adaptando cada curso”, explica Varas.
Pero si algo caracteriza a la Escuela Universitaria de Fisioterapia de la ONCE y la diferencia del resto de Universidades es que “nosotros tenemos todo adaptado, claro -asegura su directora-, somos un centro con exigencias, porque consideramos que nuestros estudiantes tienen que ser competitivos y no tienen que ser como el resto de fisioterapeutas, sino que tienen que ser mejores, porque si quieres ser competitivo con una discapacidad tienes que ser mejor, porque, si no, el empleador va a contratar al que no tiene discapacidad (hay que ser honestos). Entonces nuestros alumnos tienen que ser mejores, y esto pasa por realizar la formación de una manera concreta, pero también en un alto nivel de exigencia. Pero esto no quita que lo que queremos evitar es que los alumnos tengan problemas con el acceso a la información, que la discapacidad visual no sea un hándicap, aquí no lo es, por lo que ese problema se lo quitamos, somos un centro adaptado y el alumno solo se tiene que preocupar de estudiar, de prepararse...”, asevera.
Las adaptaciones del centro se basan en dos aspectos: uno, en lo que sería el acceso a la información y el otro, la metodología docente propia de las clases. En el acceso a la información, por un lado, la principal herramienta de comunicación con los estudiantes es el campus virtual, que “garantizamos que sea totalmente accesible”, explica. Además, el centro cuenta con una unidad de adaptación documental, en donde trabajan dos técnicos que lo que hacen es adaptar todos los materiales docentes que se requieren (pdf accesibles, trascripción de imágenes y láminas, etc.) y también trabajan en la impresión en relieve de materiales que se utilizan en clase para entender conceptos, una gráfica, una imagen anatómica, un diagrama...
En cuanto a la adaptación en la metodología docente, consiste en que en las clases el número de alumnos es muy bajo, lo que permite una atención muy individualizada; el número de horas de prácticas es mayor y la parte de prácticas es también distinta a la que puedan tener en una facultad no adaptada. “Nuestra metodología es: un profesor con un alumno que actúa de modelo de paciente, el resto de estudiantes alrededor (en un máximo de 10 por grupo) y se acercan, tocan, interactúan con el profesor, son clases muy descriptivas. Así se enseñan las técnicas y, después, los alumnos se colocan en grupos de dos en dos o de tres en tres, cada uno en su camilla, en su puesto, y replican la técnica, y los profesores vamos pasando por cada uno de los grupos testando que lo que se ha explicado lo saben reproducir, y si no corregir in situ. Es una atención un poco a la carta, vas viendo la evolución de cada estudiante, corrigiendo in situ... pero claro, los estudiantes luego tienen que trabajar fuera”, afirma Varas.
Con casi un 100% de inserción laboral
De cara al mercado laboral, asegura Ana Varas que “desde ONCE trabajamos en intentar reducir el número de personas que estudian fuera de nuestra Escuela Universitaria y que realmente los que lo hagan sean de verdad convencidos y no por presiones familiares, porque el porcentaje de inserción laboral de nuestros egresados es casi del 100%, más alto que el del resto de fisioterapeutas, que está en torno al 80%”. Se estima que en torno a un 20% cada año de los que empiezan a hacer Fisioterapia lo hace fuera de la Escuela, y “nosotros les hacemos un seguimiento y un apoyo a distancia. Las motivaciones para no hacerlo aquí, suelen ser estudiantes de fuera de Madrid que, o por decisión propia, o en la mayoría de los casos por decisión de la familia, prefieren optar por estudiar cerca de casa”, expone.
Si nos vamos a la tasa de empleo del colectivo de personas afiliadas que han estudiado Fisioterapia fuera de la Escuela es más baja que la de la población general, está en torno a un 60%. “De lo que se trata es de estar bien preparado y la discapacidad es un hándicap, y si no estás preparado las posibilidades de inserción laboral van a ser peores, nunca van a ser iguales que el resto, van a ser peores. Y al final les viene bien salir del entorno familiar, por eso es algo en lo que estamos trabajando”, afirma Varas.
Y una vez acabados los estudios, cuenta la directora que “el perfil del egresado suele preferir trabajar por cuenta ajena, la mayoría de los que salen buscan trabajo, y según sus posibilidades, sus gustos y aptitudes, tiran para uno u otro lado”. Por ejemplo, a Cristian le gustaría trabajar en Fisioterapia Deportiva, “en el campo que sea porque me gustan todos los deportes”, asegura. Y su objetivo, poder hacerlo primero en Madrid, pero “si algún día puedo, volver a la zona de Cantabria”, dice.
Pero otros deciden opositar, y esto es lo que le gustaría hacer a Beatriz, firme defensora de lo público.
Sea lo que sea lo que el camino les depare, ambos empiezan los estudios con mucha ilusión, y con algún que otro miedo. Para Cristian es un cambio radical en su vida y para Beatriz lo más duro va a ser “la propia magnitud de los estudios” .
Y otros tipos de estudios
Además del Grado de Fisioterapia, la Escuela Universitaria de la ONCE imparte también formación de Posgrado: en la actualidad, dos másteres universitarios, uno de Fisioterapia Respiratoria y Cardíaca y otro de Fisioterapia del Sistema Musculoesquelético; así como una oferta de formación continua de posgrado, de menor duración y más variable. Los másteres son títulos de la UAM, pero la formación continua es más dinámica, cada año se va cambiando en función de las demandas del mercado. Para este curso que empieza hay convocados seis cursos desde 20 hasta 120 horas de duración. Todas estas formaciones de posgrado están abiertas al público general, aunque hay acceso prioritario para los egresados afiliados de la Escuela.
Otra línea de trabajo, como centro universitario, no solo es transmisor de conocimiento, sino también generador, es decir, se dedica a la investigación. “Es un pilar básico, pero emergente, realmente llevamos cinco años haciendo nuestros pinitos, y tenemos nuestros propios proyectos, algunos incluso financiados con fondos europeos”, explica Ana Varas.
Yolanda S. Baglietto
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