Visita a Burgo de Osma como cierre a la época primaveral

Foto de familia de los participantes en el viaje a Burgo de Osma

El pasado 10 de junio tuvo lugar una excursión al medieval municipio soriano de Burgo de Osma como cierre a la época primaveral. Más de medio centenar de personas, entre afiliados, acompañantes y monitores, se desplazaron a la comarca castellana de los gamusinos.

Por la mañana, se llevó a cabo un recorrido guiado por el casco histórico de la localidad; sin duda, un paseo por la historia: desde tiempos prerromanos en el cerro del Castro donde se asentó la Arévaca, y más tarde romana, Uxama, hasta la ciudad altomedieval de Osma y el nacimiento de la villa episcopal de El Burgo de Osma en el siglo XII. Los visitantes pudieron vislumbrar bien los tres asentamientos humanos y tres realidades distintas unidas en un sólo destino, que queda plasmado en sus calles, plazas y monumentos...

Los participantes pudieron constatar que cada rincón de El Burgo de Osma evoca un episodio de la historia que aquí, más que en ningún sitio, se palpa en la calle. Se pasó por la Catedral de Santa María (visita incluida, joya gótica con su sala capitular románica y sus transformaciones artísticas barrocas y neoclásicas), la antigua universidad de Santa Catalina (del siglo XVI), el hospital de San Agustín (soberbio edificio del XVIII) o los soportales típicamente castellanos, entre otros.

Tras la comida, en un mesón típico soriano, el grupo se dirigió hacia las inmediaciones del Parque Natural del Cañón del Río Lobos, espacio natural más visitado de la provincia de Soria. Territorio virgen en el que reina el buitre leonado, soberano de estas tierras, aunque no único habitante, y es que la fauna más diversa puebla hasta el último rincón de este paraje encerrado por paredes calizas que alcanzan los 200 metros de altura en algunos tramos, esculpidas por el agua del río que le da nombre.

En el centro del cañón, tras un recodo del río, el grupo pudo contemplar la ermita templaria de San Bartolomé, construida a principios del siglo XIII en un enclave mágico y estratégico, punto equidistante de los cabos de Creus y Finisterre, un sitio sobre el que los amigos de lo misterioso y esotérico han hecho correr ríos de tinta. Muy cerquita de allí, también pudieron transitar una cueva, un lugar mítico, sorprendente, con una variada flora y fauna, con roquedales calcáreos, paraíso de espeleólogos. Sin duda, una estampa preciosa en primavera: el río Lobos, serpenteando entre chopos y álamos, y la sabina centenaria, es sin duda en esta zona el misterio de un emblemático paisaje milenario.

Visor de contenido web (Global)

Compartir :

Publicador de contenidos

Calendario