Elena Peralta impulsó el III Maratón de Poesía en el Día Internacional del Libro

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La Delegación Territorial de Madrid se sumó a la conmemoración del Día Internacional del Libro, el pasado 23 de abril, con la celebración de la III Edición del Maratón “La poesía nos une”. Una iniciativa impulsada y coordinada, en gran medida, por la afiliada Elena Peralta, poetisa y rapsoda, actriz también del grupo ‘La Luciérnaga’, pero sobre todo, gran amante y divulgadora nata de la creación literaria, en especial de aquella que surge en forma de versos. Entre otras actividades, en la actualidad, Elena desarrolla y participa en diferentes talleres literarios.

Pregunta.- III Edición del Maratón “La poesía nos une”, Elena, ¿cómo ha sido la organización y coordinación de esta cita literaria que empieza ya a hacerse un hueco en tan señalada fecha?

R.- Ha sido larga, pero he contado con mucha ayuda. Francisco Monzón ha estado apoyándome en todo momento, Eva ha sido mi mano que todo lo alcanza, Leire nos ha ayudado a crear algunos de los archivos que ha proyectado ella misma durante el Maratón y todos los representantes de cada uno de los grupos, que han estado ahí apoyando y dirigiendo a los poetas que venían de su mano. Este Maratón empezó a organizarse en diciembre, y desde entonces no hemos parado de trabajar.

P.- ¿Qué es lo que se ha ofrecido a lo largo de las doce horas de duración del Maratón?

R.- Poesía, buena poesía, de calle, intimista, social, lírica, jocosa, dramática…, creo que se han tocado todas o casi todas las vertientes poéticas: poesía en boca de personas con síndrome de Down; internos de un Centro Penitenciario; usuarios del centro de día de un psiquiátrico, que trabajan en un taller literario; poetas llegados desde las tierras del Ebro; poetas de la talla de Joaquín Sánchez Vallés; ha participado un campeón de Slam, Diego Mattarucco… y, en fin, podría continuar contando hasta más de 70 poetas que han pasado por el escenario. Además, por supuesto, música, maravillosa,  unas voces que nos han dejado a todos con ganas de repetir. Hemos contado con la participación de dos niños: una niña que tocaba el violín (9 años) y la acompañaba un niño de apenas 12 años tocando el piano, esto son las promesas del mañana que ya van pisando fuerte  hoy. Hemos escuchado el arpa…, te contaría hasta no terminar.

P.- Este es el tercer año que se ha celebrado, ¿recuerdas de qué manera nació y cómo ha evolucionado en cada una de sus ediciones?

R.- Sí, empezó “casi sin queriendo” como todas las cosas que se hacen con cariño, un día se me ocurrió “¿por qué no hacer un maratón de poesía?”, lo planteé en el departamento de Cultura, y me brindaron la inestimable colaboración de Eva y, durante 5 horas, el Salón de Actos para que hiciese…. Fue tal el éxito, que al año siguiente aumentamos a 12 las horas del Maratón. A mí eso de 11 a 11 en la ONCE me sonaba muy bien. Y llegamos al tercero, que creo será un reto superarlo, ya que este año hemos invitado a distintos departamentos, instituciones, y entidades; han aceptado la invitación y creo que ni yo misma sé lo que se está consolidado ya  este  Maratón.

P.- Entre los participantes, muchos de tus actuales colaboradores, alumnos, amigos… ¿en qué proyectos literarios andas ahora involucrada?

R.- Eso es algo de lo que puedo presumir. Entre los participantes, creo que no había nadie que no fuese amigo, colaborador o alumno mío. Esa es la gran fortuna que la vida me ha regalado, soy millonaria en amigos y siempre lo digo.
¿Proyectos literarios? Lo más inmediato es la publicación de los poemas participantes en el Certamen Poético que he convocado, por IV año, en el Centro Penitenciario. Después empezaremos a trabajar en una recopilación de relatos escritos por internos de tres Centros penitenciarios, Madrid II, Zuera (Zaragoza) y la Modelo (Barcelona), que aunque se está desalojando ya tengo los relatos desde hace un par de meses.

P.-  De entre todas estas experiencias, ¿cuál de ellas podrías decir que te ha reportado más? (si es que hay alguna más destacada)

R.- ¡Uffff, qué difícil me lo pones! Son tantas las experiencias positivas, agradables y bonitas que me están ocurriendo en estos últimos años, que no sabría decir. Tal vez, por decir alguna, el día que a uno de mis alumnos del Centro Penitenciario le concedieron un premio, en un certamen convocado en Rivas Vaciamadrid, por su poema ‘Carta a mi madre’. Para aquel muchacho, verse reconocido y aplaudido sin tenerse en cuenta su estigma social, fuera del Centro y acompañado por su madre, su novia y los educadores y maestros del Centro, fue algo… ¡fue magia! Pero sólo por decir alguno, tengo historias para escribir tres libros, de experiencias vividas con mis chicos, tanto de Madrid II, como del psiquiátrico, o con los chicos de Cauce.

P.- ¿Por qué poesía? ¿Cómo surgió tu vocación?

R.- ¿Por qué enseño poesía, o por qué escribo poesía? Bueno en realidad las dos respuestas irían de la mano: con pocas palabras puedes contar mucho, juegas con el vocabulario, te haces amigo de esas palabras, y, utilizando metáforas, puedes contar algo, la persona que lo lee va a poder crear sus propias imágenes, transformando lo que tú has querido decir con lo que el lector ha querido entender. Es una forma sencilla de ayudar a los chicos a sacar el veneno que llevan dentro, el amor, su dolor, sus penas, en definitiva, empujarles con la escritura a que saquen fuera sentimientos, emociones, y que sus horas sean menos lentas.
Elegí la poesía porque es intimista, porque puede ser frágil y me identifico con esa fragilidad -que yo no sé por qué demonios todo el mundo se empeña en verme fuerte cuando yo me vivo como una persona muy frágil. Creo que por eso me entiendo con la poesía, ella también es muy frágil aunque el mundo se empeñe, a veces, en verla como un arma.

P.- Y a partir de ahí...

R.- ¿A partir de ahí?, ¿tú ahí? o ¿éste ahí?... ¡Es broma! Vamos a dejar que la vida continúe sorprendiéndome. Que hasta ahora lo está haciendo muy bien.

P.- Cuentas en tu haber con algunos premios y galardones. Cuéntanos.

R.- Bueno alguna cosilla, pero nada importante a los ojos del mundo. En esto de los premios literarios hay mucho, pero mucho que decir y escribir, he oído y leído tantas cosas. Pero alguna cosilla tengo colgada en las paredes de mi casa, o adornando alguna estantería. El ego siempre hace su aparición en mi vestíbulo y yo como humana lo dejo entrar, y, sí, algún premio que otro me han concedido, como poeta, como rapsoda, ya sabes cosillas de esas de poetas.

P.- ¿Tus próximos proyectos literarios?

R.- Ahora mismo, estoy tratando de colocar una traducción de poemas al catalán, que hice hace un par de años, de mi maestro Enrique Gracia Trinidad y lo que me va a tener entretenida todo el verano es la publicación del poemario “Entre las sombras de otoño”, trabajo subvencionado por una de las Ayudas a Iniciativas Culturales de la ONCE. Por supuesto, estoy contentísima, es mi cuarto trabajo en solitario, mis poemas se recogen en una veintena de antologías, y distintas revistas literarias,  pero como trabajo en solitario es el cuarto que se va a publicar.
Un audio-libro, el segundo que publicaré, donde además de la voz, y la música, acompañan a los textos ilustraciones de un pintor aragonés, afincado en Barcelona, Leopoldo Irriguible, y de momento hasta  ahí puedo contar, pero sí hay alguna sorpresa más.

P.- Elena, compaginas tu actividad poética con tu trabajo como actriz en el grupo ‘La Luciérnaga’, ¿cómo es tu experiencia en esta otra faceta artística?

R.- ¡Buaaaaa!, después de la tortilla de alcachofas es lo que más me gusta, estar en el escenario con mis compañeros, mis amigos. Somos como una familia, nos queremos, nos protegemos, nos ayudamos, y lo más importante, con ellos río (y a veces mucho). Algunos de mis compañeros del grupo de teatro son insustituibles en mi  vida.

P.- Teatro y poesía, ¿en la misma medida o alguna de ellas te reporta más a tu vida?

R.- Más trabajo, ¡¡la literatura!! Claro, no era eso a lo que te referías…. Verás, llevo un año diciendo que he de dejar algo, pues el tiempo se está convirtiendo en enemigo y me acosa continuamente sin dejarme tregua… o sea, traducido, por prescripción facultativa debería dejar parte de mi trabajo, pero ¿qué dejo?... Así llevo un año intentando decidir qué es lo que menos me duele dejar... Tal vez, el año próximo pueda contestarte a esta pregunta, o el otro, ya veremos. Hoy las dos son inmanentes en mi vida, la poesía por dejarme ser y el teatro por enseñarme a ser, ¿o es al contrario?

P.- Déjanos una pequeña muestra de tus versos, el primero que se te venga a la cabeza, porque será de los más significativos para ti.

R.- ¡Uy!, a voz de pronto, veamos lo que surge a vuela pluma:
Siento la carga
del peso de los años,
cuando me arrastro
desnuda en el camino.
Si el corazón se calla,
me grita el alma,
                         porque galopan las dudas.
Me doy mi tiempo,
                        … tal vez un día.

 

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