El árbol de los deseos: 25N, frente a la violencia de género, ¡¡Igualdad!!
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Con motivo del 25N, Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres, a las puertas de unas fechas cargadas de sueños e ilusiones, la Delegación Territorial de Madrid nos propone una iniciativa original y concienciadora: el árbol de los deseos. Y es que, antes de que lleguen las celebraciones, hay un día que tiñe de violeta nuestros calendarios, recordándonos que aún queda mucho por hacer hasta alcanzar la igualdad real y efectiva entre mujeres y hombres.
Para visibilizar nuestro fuerte compromiso y sensibilizar a la plantilla, se ha instalado en la planta baja, frente a la puerta de entrada del Centro, un árbol de Navidad, rodeado de espumillón violeta y con una estrella que lo corona, a modo de guía, la cual nos recuerda que nada es imposible; que es preciso empatizar y desvelar la catarsis emocional que experimenta una mujer maltratada: lo que siente cuando sufre en su piel y en su alma, día tras día, la forma más extrema de la desigualdad y discriminación por razón de género, la que se ejerce (sobre ella) por el simple hecho de ser mujer, anulando sus derechos de libertad, respeto y capacidad de decisión.
De dicho árbol cuelgan una serie de bolas blancas, a modo de adorno, con una particularidad: recogen textos o frases escritos por la plantilla de trabajadoras y trabajadores, que siembran valores y reflejan sentimientos para luchar y acabar con la violencia.
Como reivindica el Manifiesto del Grupo Social ONCE: “El 25 de noviembre es una fecha para la reflexión, para llamar la atención sobre la importancia de detectar y denunciar estas situaciones, y para expresar abiertamente nuestro rechazo ante esta lacra social”.
El Agente de Igualdad de la ONCE en la Comunidad de Madrid, Juan Carlos Villanueva Mateo, ha querido sumarse a la idea y expresar su deseo: “No hay barrera para acallar mi voz. Rechaza, denuncia, educa”. Así, quedaba patente en su bola del árbol. Como él declara: “la violencia de género es una pandemia global en la sombra, una realidad oculta que integra un cóctel funesto de: ansiedad, presión, inseguridad, aislamiento, angustia, culpabilidad, tristeza, vergüenza, indecisión e incluso, ambivalencia entre miedo y amor hacia el agresor. Se trata de una violación indiscutible de los derechos humanos y una manifestación de extrema desigualdad. Debe ser una prioridad absoluta y movilizar e implicar al conjunto de la sociedad en su lucha y denuncia”.
Otras bolas nos dejan mensajes anónimos, fruto del sentimiento creado, tales como: “Allá donde haya dolor de mujer, estarán mis manos para sostener”. Y afirmaciones, a tener en cuenta en nuestra vida cotidiana, como: “El amor no duele”, “El amor no mata”, “Ni una menos”, “Sin rastro 016”, “+ educación, - violencia”, “Justicia social”, “Confía”, “Conciliación familiar real” o “No más violencia vicaria”.
Que este árbol nos sirva para recordar la importancia de tomar conciencia y la necesidad de seguir avanzando como sociedad, potenciando la igualdad y acabando con situaciones que representan una vulneración de los derechos humanos.
¡¡Que la magia de la Navidad haga realidad los deseos de nuestro árbol para poner fin a la violencia hacia las mujeres!!
Pongámonos en su lugar
No la provoquemos, y no permitamos que nadie la provoque, ni la tolere
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