Cartas intergeneracionales para tiempos modernos

En una época en la que todo, las felicitaciones, las discrepancias, hasta las condolencias, se comunican a través de Internet, por correo electrónico o mensajería instantánea, en una época en la que al buzón ya no llegan más que notificaciones y publicidad, recibir una carta escrita a mano es hoy en día un regalo muy valioso, porque quien la escribe ha dedicado tiempo a pensar qué poner (no hay tecla de borrar que valga) y cariño en cada frase, en elegir la cuartilla y hasta el sobre.

Precisamente eso, escribir cartas de su puño y letra, ha sido la actividad que personas mayores del madrileño centro de día José Villarreal, gestionado por Ilunion, y alumnado del colegio Beata María Ana de Jesús, a un minuto de distancia a pie el uno del otro, han realizado este año, en el marco del programa intergeneracional "Raíces y Alas".

Raíces para que los más jóvenes sepan quiénes son y nunca olviden de dónde vienen, y alas para que puedan volar más allá de donde sus mayores llegaron. Se trata de una actividad intergeneracional en la que estudiantes y personas mayores de ambos centros participan, desde 2009, en diferentes actividades compartiendo espacios tanto del colegio como del centro de día y, también, al aire libre.

Según señala el director del colegio Beata Ana María de Jesús, Mario Peñas, “este programa tiene un valor terapéutico muy grande para los mayores y formativo para los más jóvenes”. “Cuando pones juntas dos generaciones, compruebas que están muy lejos en años, pero muy cerca en el corazón", apunta.

El objetivo no es solo potenciar la memoria, la capacidad lingüística, la psicomotricidad y combatir la soledad en las personas mayores, entre otros fines. Según Paula Pérez, terapeuta ocupacional de Ilunion Sociosanitario en el centro de día José Villarreal, “se trata también de asentar valores como la responsabilidad y el respeto, fomentar el conocimiento a los mayores, y de crear un espacio de intercambio generacional con reciprocidad de roles, en la que tanto mayores como niños sean maestros”. 

Según el estudio 'El nivel educativo de la población en España y sus regiones: actualización hasta 2019', el 15% de la población adulta española en 1960 no sabía leer ni escribir, el 94% no había ido más allá de la escuela primaria, y menos de un 3% tenía algún tipo de formación superior.

Así, el alumnado aprende buenas maneras, la importancia de estudiar, cosas cotidianas, cómo se vivía mucho antes de que ellos nacieran, cuando no había móviles, tener un teléfono fijo en casa era un lujo; saber leer y escribir era un privilegio al alcance de muy pocos, y el tiempo transcurría muy despacio, según comentan tanto los alumnos como los mayores.  

Por su parte, las mujeres y hombres mayores aprenden de la energía y la simpatía de las niñas y niños, que les enseñan muchas cosas de este mundo que les cuesta a veces reconocer, como, por ejemplo, a manejarse con un ordenador. “Nos dan 50 vueltas”, comenta una de las mujeres mayores del centro José Villarreal que participa en este programa.

Según datos extraídos de Eurostat, solo el 6,5 % de las personas mayores de 65 años cuenta con las habilidades digitales necesarias para utilizar la red o aplicaciones móviles con destreza.  

Entre unos y otros se forja una relación afectiva y de respeto que se prolonga en el tiempo, más allá del centro de día José Villarreal y del colegio Beata María Ana de Jesús, cuando esas criaturas de 10, 11 ó 12 años han pegado el estirón y han desplegado sus alas.

La actividad de este año ha consistido en un intercambio de misivas escritas a mano. En primer lugar, cada persona mayor escribió una misiva a uno de los niños o niñas asignados en función de algunas circunstancias concretas que facilitó la profesora del grupo. 

Tras entregárselas en mano a la profesora, ambos grupos se reunieron en Madrid Río para que el alumnado entregara sus cartas y conocieran a la persona mayor que, con tanto cariño, les había escrito. El resultado de esta actividad fue tan positivo que, incluso antes de finalizar la actividad, mayores y estudiantes ya preguntaban por el próximo encuentro.