Mujeres silenciadas: Recorriendo el Madrid de las Sinsombrero en el marco del 8M

El pasado 2 de marzo, desde el Consejo Territorial de Madrid se realizó una visita guiada por el Madrid de las Sinsombrero, de la mano de la Asociación Cultural Cuéntame Madrid. Dicha visita consistió en un recorrido por la vida de mujeres intelectuales (pintoras, filósofas, políticas, novelistas; etc.) de la generación del 27 que tenían mucho que decir, pero eran pocos los que las escuchaban. Mujeres valientes que lucharon por tener un sitio en una sociedad donde la libertad era un espejismo para ellas. Hicieron grandes cambios en las normas culturales y consiguieron importantes derechos que mantenemos a día de hoy.

Antes de llegar al punto de encuentro, se contextualizó la época mediante un fragmento del documental producido por Radio Televisión Española: 'Imprescindibles. Las Sinsombrero'. En la mesa, estuvieron la vicepresidenta 2.ª, Paloma Navarro de la Madriz, y los consejeros territoriales Francisco Javier Moreno Pedraza, Marta Jiménez Revueltas y Verónica Sutil Pozuelo, que fueron introduciendo y desarrollando el tema, además de leer poemas clave para descubrir a las protagonistas, que vivieron inmersas en una realidad poco asumida o desconocida para gran parte de la sociedad.

Desde la placa conmemorativa que reza “Este edificio fue la sede del Lyceum Club Femenino (1926-1939). Lugar referente para el protagonismo de las mujeres en la conquista de sus derechos civiles”, ubicada en el bien de interés cultural, con categoría de monumento, denominado «Casa de las Siete Chimeneas», los visitantes se acercaron a esta organización cultural y laica, singular y pionera en España, que se gestó dentro de la Residencia de Señoritas por y para las mujeres en 1926 y que luchó por la igualdad social y jurídica de género. Esta institución sería testigo de numerosos acontecimientos, tales como el estreno del poemario Poeta en Nueva York (1940), de Federico García Lorca, o la conferencia impartida por la premio Nobel de Física Marie Curie.

A continuación, conocieron la personalidad de María Zambrano, desde su casa en la plaza histórica del Conde de Barajas, número 3, al exilio donde conocerá a grandes personalidades, como José Lezama Lima, Octavio Paz o Albert Camus, la primera mujer en recibir el Premio de Literatura en Lengua Castellana “Miguel de Cervantes” (1988), utilizando la puerta del Instituto Cervantes como telón de fondo para la narración de su biografía. Su intervención en las Misiones Pedagógicas resultó decidida y entregada. Ese proyecto que, durante la Segunda República española (1931-1939), pretendía llevar la cultura a las zonas rurales más deprimidas y olvidadas, a través de libros, conferencias o el amor al teatro, como forma de instrucción popular, en el que también intervinieron María Moliner o Luis Cernuda.

Otras personalidades que destacaron, a lo largo del recorrido por el paseo del Prado y el Congreso de los Diputados, fueron: María Lejárraga, Zenobia Camprubí, María Teresa León y, por supuesto, el sufragio femenino y el debate entre Victoria Kent y Clara Campoamor. Conocieron su labor como enfermeras en los hoteles Ritz y Palace, ayudando en las operaciones para curar heridas de guerra, la intervención en la protección de las grandes obras maestras del Museo del Prado durante la Guerra Civil española o la prueba de amor de Zenobia hacia su marido, Juan Ramón Jiménez, para la concesión del premio Nobel de Literatura, entre otros grandes gestos cargados de humanidad y valentía por parte de estas mujeres que, siguiendo la estela de Maruja Mallo, se quitaron el sombrero para mostrar su rebeldía y capacidad.

Para el Agente de Igualdad de la ONCE en la Comunidad de Madrid, Juan Carlos Villanueva Mateo, “fue una actividad muy interesante, enriquecedora y necesaria, por y para la defensa de un futuro igualitario. Rescató del olvido y visibilizó a grandes mujeres, cuyo reconocimiento ha sido inferior o, simplemente, inexistente. Dichas protagonistas, además, reflejan y dotan de sentido la historia del movimiento feminista, narrando sus experiencias y, por supuesto, las injusticias que vivieron y aún viven. Increíbles mujeres que transgreden las convenciones de su tiempo, se rebelan frente a las normas sociales y culturales y a las que debemos reconocer su valor personal y cultural”.

Hubo una segunda edición, el día 16 de marzo, en la que se repitieron textos, anécdotas, historias y reflexiones para todas y todos. En definitiva, una actividad diferente, ilustrativa y reveladora de las historias que, a riesgo de pasar desapercibidas, nos hacen ser conscientes del importante papel, no pocas veces, silenciado, de muchas mujeres a lo largo de la historia y cuyo legado no debemos olvidar ni menospreciar.

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Por aquellos años comenzaba el eclipse de la dictadura de Primo de Rivera. En los salones de la calle de las Infantas se conspiraba entre conferencias y tazas de té. Aquella insólita independencia mujeril fue atacada rabiosamente. El caso se llevó a los púlpitos, se agitaron las campanillas políticas para destruir la sublevación de las faldas. Cuando fueron a pedir a Jacinto Benavente una conferencia para el Club, contestó con su arbitrario talante: No tengo tiempo. Yo no puedo dar una conferencia a tontas y a locas. Pero otros apoyaron la experiencia, y el Lyceum Club, se fue convirtiendo en el hueso difícil de roer de la independencia femenina. Se dieron conferencias famosas. No la de menos bulla, aquella dada por Rafael Alberti: "Palomita y Galápago". Eran los tiempos en que por las calles madrileñas corría la subversión y la burla. […] El Lyceum Club no era una reunión de mujeres de abanico y baile. Se había propuesto adelantar el reloj de España.

LEÓN GOYRI, María Teresa. Memoria de la melancolía. Barcelona: Bruguera, 1982, p. 360. ISBN 84-02-08841-4.