El etiquetado de productos a debate en el club braille de la Delegación Territorial, con un proyecto del IES El Burgo-Ignacio Echeverría (Las Rozas)

El 22 de febrero, coincidiendo con el Día Internacional de la Igualdad Salarial, visitaron el Club Braille de la Delegación Territorial de Madrid las alumnas de primero de Bachillerato Lucía, Carmen, Alba y Carlota, acompañadas de su profesora de Física y Química Marta M.ª Morán Bayón, del IES El Burgo-Ignacio Echeverría (Las Rozas), para presentar un proyecto que estaban desarrollando sobre el etiquetado de productos de alimentación en braille.

Se trata de una idea que surgió a raíz del visionado de un vídeo de TikTok, donde un niño ciego, Romeo, de cuatro años de edad, pedía, "y mañana mismo", que las grandes empresas etiquetaran sus productos en braille: “Me gustaría… ¿Sabéis qué me gustaría? Pues que todos los supermercados, las latas y las tiendas pongan el nombre del maíz en braille, porque si no, yo no lo puedo ver”.

Para conseguir este objetivo, las alumnas recurrieron a múltiples técnicas: troquelado con impresora 3D, altorrelieve e incluso, manualmente, con aguja. Buscaron el alfabeto braille en Internet y, durante los recreos, de una manera autodidacta, probaban a colocar los puntos (altura, distancia, tamaño; etc.) en los envases de los productos: cartón de leche desnatada, cartón de zumo de piña, lata de maíz dulce, lata de guisantes, bolsa de anacardos al natural y paquete de espaguetis.

En la jornada, el coordinador del Club Braille, Alberto Gil Pardo, y el Agente de Igualdad de la ONCE en la Comunidad de Madrid, Juan Carlos Villanueva Mateo, realizaron una aproximación histórica y explicaron los distintos usos del sistema braille, tanto a nivel general como para la vida diaria, refiriéndose también a la Puerta violeta: lecturas que sensibilizan y conciencian y a nuevas propuestas, como la lectura fácil o el braille de bolsillo que inciden en mejorar la participación de todas y todos.

Por su parte, la maestra y especialista de braille, Paula Rivero Gallego, aportó su experiencia en la enseñanza del braille, tiempos de aprendizaje, distintos perfiles del alumnado, etc. Asimismo, participó en el testeo de las muestras, junto con Juan Carlos y el resto de asistentes, para aportarles consejos prácticos de cómo mejorar los prototipos y ubicar, de forma correcta, la información accesible, tanto en lo relativo al braille como a los códigos QR, siempre tomando como referencia los documentos aprobados por la Comisión Braille Española (CBE).

Juan Carlos expresó sobre esta iniciativa que: “Atendiendo a la igualdad de oportunidades, donde la diversidad es un valor enriquecedor y positivo, y desde la línea emprendida recientemente de proporcionar lecturas destinadas al público infantil y juvenil, que en los centros educativos se impulsen proyectos como éste es enormemente valioso, al sembrar futuro y tomar conciencia de realidades distintas que ayudan a construir una sociedad más inclusiva. Merece la pena ayudar e implicarse y que, a partir de trabajos complementarios al currículo, se vea la problemática de colectivos diferentes”.

Alberto Gil concluyó que: “Nos da pie a promocionar el braille, al ponerlo en contexto, y mostrar que, 200 años después de su invención, sigue teniendo plena vigencia. Son muy necesarias este tipo de iniciativas para que el braille tenga presencia en los distintos aspectos, tanto del día a día como a nivel cultural. Quedamos a vuestra disposición para seguir colaborando, para seguir asesorándoos en la evolución del mismo”.

Al finalizar el intercambio de ideas, dudas y cuestiones, tales como el estado de la aplicación de la Ley 4/2022, de 25 de febrero, de protección de los consumidores y usuarios frente a situaciones de vulnerabilidad social y económica o la opción real de que una persona ciega pueda realizar, o no, la compra de forma autónoma, se les hizo entrega de alfabetos y pautas, negativa y positiva, para que continúen el proyecto, quedando a expensas de una segunda visita en la que se ajusten las aportaciones que se hicieron.

Tanto la profesora como las propias alumnas, expresaron su entusiasmo ante la acogida brindada y lo mucho que les había servido la información aportada, llevándose, incluso, la idea de incorporar el braille en rótulos y carteles del Instituto.

Una vez más se reafirma, con esta visita, la excelente relación que existe entre tecnología y braille, ya que partiendo de la influencia de una red social, como es TikTok, se mueve a la curiosidad de un grupo de adolescentes para aportar su granito de arena a la solución de un problema, dando pie a conocer algo tan alejado de su día a día como es el braille y su impacto en la vida de personas, en este caso, con discapacidad visual grave, pero aplicable a otros colectivos; y, de ahí, la pertinencia de que hablemos de IGUALDAD en mayúsculas.

Juan Carlos Villanueva