Alberto Gil presenta en Madrid “La partida de cartas y otras historias de la Vieja Dama”

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Alberto Gil, escritor afiliado a la ONCE, presentó en la Delegación Territorial de Madrid, el pasado 22 de abril, su última obra escrita “La Partida de cartas y otras historias de la Vieja Dama”, editada a través del Fondo de Ayudas para Iniciativas Culturales de la ONCE, con el que obtuvo el Premio Tiflos ONCE de Cuento 2014, dentro de la categoría especial de escritores con discapacidad visual.

Jesús Alberto Gil Pardo (Fuentestrún-Soria, 1966), nació con algunos problemas visuales que, a los 20 años, degeneraron en ceguera, aunque no le han impedido desarrollarse como gran amante de la lectura y los libros. En la actualidad,16 años después de llegar  a Madrid, es técnico en el Servicio Bibliográfico de la ONCE y coordina el Club Braille de Madrid, además de participar activamente en el fomento de la lectura a través de recomendaciones en programas de radio locales de Murcia y Sevilla. Como escritor, cultiva el género del relato a través del cual pretende transmitir valores y dar a conocer el mundo de la discapacidad visual haciéndola visible, toda una pasión para él, muy necesaria aún hoy día, además de la poesía y la intriga gótica.

Pregunta.- “La partida de cartas y otras historias de la Vieja Dama”, un título cuanto menos sugerente. Alberto, ¿ante qué nos encontramos?
Respuesta.- Se trata de un conjunto de cuarenta relatos que, tras la estela de los grandes autores románticos del siglo XIX, pretenden, por contraposición, hacer un canto a la Vida mientras le ganamos la partida a la Muerte, así como evocar el poder de la naturaleza y su influencia emocional en los protagonistas de cada historia. 

P.- En qué momento surge la idea de esta colección de cuentos, ¿coincide con alguna vivencia personal  o tan solo son fruto de tu propia creación?
R.- Después de haber dedicado un tiempo a relatos con un tono más positivo y hasta, quizá, dulce, que dieron lugar a "Huellas de luz", mi primer libro, sentía la necesidad de cambiar de registro, además de recuperar ese tono apasionado que caracterizaba a Bécquer, Poe o Hugo. Me gusta explorar, también en mi actividad creadora, territorios nuevos que eviten encasillamientos y me ayuden a mejorar. Por todo ello, comencé a escribir semejantes textos, protagonizados por la Vieja Dama, la intriga y lo que estremece.

P.- El libro, editado por Cau Artistic, puede adquirirse a un precio de 10 euros, pero la recaudación va destinada a un fin social muy concreto, ¿no es así?
R.- Efectivamente, tengo claro que mis libros han de tener siempre ese plus solidario que se sumen al valor que pueda aportar la lectura en sí misma. En esta ocasión, elegí a la Fundación Social para la Dependencia, Le Atiendo, como destinataria de los beneficios que se generen. Esta ONG orienta su acción al apoyo jurídico y administrativo a personas sin recursos, mayores o con discapacidad. Es una de mis metas practicar la solidaridad aunque no siempre me resulte fácil por las dificultades que acarrea la ceguera pero he descubierto que la palabra también puede ser un fuerte elemento que me ayuda a alcanzarla. La palabra emociona, ilumina, da esperanza si se emplea adecuadamente. La palabra convertida en literatura se transforma en tabla de salvación ante la desesperanza.

P.- En la presentación del libro, contaste con la colaboración y el apoyo de diferentes personas implicadas en su publicación, cuéntanos.
R.- Evidentemente la manera de sumar para multiplicar el resultado es trabajando en equipo y compartiendo. Si, en buena medida, la lectura puede ser un acto individual, la presentación de un libro, al menos yo así lo concibo, ha de ser grupal. Así que siempre que afronto la presentación de mis libros recurro a personas que me acompañen en ellas y les den mayor contenido, y atractivo, para quienes deciden asistir y regalarme su tiempo. En este caso, no fue distinto. La música interpretada al piano por Carolina Loureiro, las palabras de Esther Peñas, escritora y periodista, la representación de la ONCE con la intervención de Luis Miguel López, presidente del Consejo Territorial y, cómo no, la presencia también de la presidenta de la ONG, Pilar Sanz, y la editora y también escritora, Mercedes Pajarón. En fin, que me sentí muy bien acompañado y creo que hicieron de la presentación, un acto ágil, cercano y emotivo que, por otra parte, es de lo que se trataba.

Todos los participantes en la presentación escuchan desde la mesa a Carolina Loureiro al piano

P.- Esta recopilación de cuentos se suma a otras obras publicadas con anterioridad. ¿Qué títulos forman parte ya de tu trayectoria literaria?
R.- Desde que se inoculó en mí el sano virus de la escritura del  que la vacuna más eficaz no es otra que seguir escribiendo, son tres los libros publicados: "Huellas de luz", el primero; "Mis pequeñas odiseas", el segundo; y este tercero de "La partida de cartas". El primero recogía también relatos que constituyen mi ADN personal, mientras que el segundo se refiere a crónicas viajeras por España y el mundo en que he tenido la satisfacción de participar. Ya pienso en nuevos proyectos, en los que la Poesía esté presente también. Y, por supuesto, que algún día sueño con adentrarme en la Novela, pero esto será más a largo plazo.

P.- ¿Alguna de ellas que te haya marcado especialmente?
R.- Para mí, los libros son como mis hijos. En ellos se prolonga mi deseo de permanencia en el tiempo. Por tanto, cada uno de ellos, marca su propia identidad. Huellas por ser el primero, las Odiseas por responder a mi pasión viajera y este último por poner en valor la Vida aunque parezca paradójico. Y estoy seguro que los que puedan sucederle también lo harán, marcando sus propias diferencias.

P.- ¿Y por cuál género te decantas?
R.- Como apasionado del mundo literario, no es fácil responder a esta cuestión. Me gusta definirme como cuentista por todo lo que han significado los cuentos a lo largo de la Historia y en mi propia historia, no en vano, el Cuento es el género más antiguo. Pero también me gusta la Poesía por lo que de sensibilidad, aporta. Y qué decir de la Novela, con sus tramas de aventuras, acciones heroicas y amores imposibles que nos traen los más diversos escenarios. Sin desdeñar, por ello tampoco, el Ensayo o la Divulgación que nos ayudan a reflexionar y aprender. Mi objetivo último al escribir es transmitir emociones y que quien me lea se sienta un poquito mejor, recibiendo el aliento necesario para seguir adelante otro día más.

P.- ¿Tu escritor/a de cabecera?
R.- Ya he citado algunos de mis grandes referentes a la hora de escribir, enmarcados en ese siglo literario por excelencia que, para mí, resultó ser el XIX, un siglo de amplísima producción que abarcó amplias regiones, desde Anton Chejov hasta Jack London, pasando por Rabindranat Tagore y, en nuestro país, Mariano José de Larra, Benito Pérez Galdós o Emilia Pardo Bazán. No olvido tampoco la literatura sudamericana del siglo XX con Mario Benedetti, José Mauro de Vasconcelos o el propio Gabriel García Márquez, sin que me pueda resistir a mencionar a mis admirados Miguel Delibes, Ana María Matute o el último Premio Cervantes, Eduardo Mendoza. Algo así. Y de los actuales diría Care Santos o Marcos Chicot.

P.- Como tú mismo te defines, eres un apasionado de la lectura y la escritura, ¿en qué momento y cómo surge esa pasión?
R.- Para mí la lectura desde niño, cuando ya padecía problemas visuales graves, se constituyó en tabla de salvación y refugio. Gracias a la lectura podía evadirme de una realidad muy poco amable trasladándome a otros lugares más exóticos en los que la aventura me llevaba de la mano a participar de hazañas, romances y experiencias. A partir de todas esas lecturas, se fue despertando en mí el deseo de escribir. Si yo disfrutaba leyendo, ¿por qué no otras personas podrían hacerlo también con lo que leyeran habiendo sido escrito por mí? Así, al llegar a Madrid tuve la oportunidad de participar en algunos talleres de escritura creativa y, a partir de ahí, con la extensión de las redes sociales ese sueño se pudo ir haciendo cada vez más real.

P.- Además de leer y escribir a título personal, dedicas una buena parte de tu tiempo a fomentar la lectura de diferentes maneras, ¿verdad?
R.- Efectivamente, cuando empecé a dedicarme al fomento de la lectura, hice mía esa frase que dice que “la lectura es una barandilla en la que apoyarse para contemplar el mundo.” Yo quiero ayudar a construir esa barandilla. He impartido charlas en colegios y centros de la ONCE acerca de los beneficios de la lectura, colaboro con emisoras de radio recomendando libros semanalmente, contribuyo a la creación de tertulias literarias y clubs de lectura y, a través de las redes sociales, de las que soy asiduo participante, comparto noticias, novedades o vivencias relacionadas con el universo de la lectura.

P.- Todo ello desde tu condición de persona con ceguera total, Alberto, ¿por qué te decantas, por el braille, por el sonido o por una conjugación de ambas?
R.- Por una conjugación de ambas, naturalmente. El hecho de gozar de oportunidades de acceder a la información nos ha de llevar a aprovechar lo que de bueno aportan. Hemos de conocer esas opciones para usarlas en pro de una mayor autonomía, en el caso de las personas con discapacidad, y en general, para ser más libres. El braille es más cercano, el sonido, sea a través de voz humana o sintética, más cómodo. El braille permite tocar las palabras; el sonido, viajar con ellas de manera más ligera que se haría si hubiéramos de hacerlo portando los volúmenes en braille. El braille es, sin embargo, un sistema que añade magia a la magia de la lectura. Además, si se consigue que dispongamos de dispositivos que usen el braille para leer ebooks será genial…

P.- Y dentro de la ONCE, ¿cómo ha sido tu trayectoria?
R.- Me afilié a la ONCE en julio de 1997 cuando cursaba estudios de Geografía e Historia en la Universidad de Zaragoza. En 1990 comencé a trabajar, primero como monitor de braille y luego como mando intermedio en distintos puestos de gestión, tanto en agencias (Lérida, Barbastro y Teruel), en Servicios Sociales y a partir de 2002 como Técnico de Biblioteca.

P.- ¿Tienes alguna otra pasión o afición además de la ya confesa?
R.- Soy un apasionado de la Cultura en general, no sólo de la lectura. El cine y el teatro, los viajes, el senderismo, una conversación agradable en torno a la buena mesa… En definitiva, aprender y compartir, disfrutar en plenitud y aportar mi experiencia de ciego para mejorar la accesibilidad del entorno. 

P.- Por último, ¿algún sueño por cumplir?
R.- Siempre hay sueños por cumplir. Sólo quien tiene sueños está realmente vivo. Sueño con viajar a lugares exóticos y disfrutar de ellos con todos los sentidos, con ser y poder moverme de forma autónoma, gracias a la tecnología, por el Parque del Retiro por ejemplo, con que el tacto sea mejor valorado y no se considere el tocar como algo prohibido o perverso, si no como algo natural… Yo qué sé… con poder tomarme un café en un lugar histórico al atardecer de un día cualquiera en buena compañía o con que alguien me diga que hoy ha sonreído gracias a algo que yo pueda haber escrito o hecho... Sentir, acompañar, contemplar, soñar, ¡VIVIR!

Yolanda S. Baglietto
 

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