Cocina gallega preparada por personas ciegas en la calle Prim
El mes de noviembre ha sido el momento en el que concluyó el monográfico de cocina gallega que ha organizado la Unidad de Cultura de la Delegación.
Tomando como referencia las instalaciones y dotaciones de la cocina de la propia Delegación, los alumnos y alumnas han acudido cada lunes por la tarde a descubrir las elaboraciones que el chef tenía preparadas para ellos.
De la mano de Javier Mateos, monitor del curso, los 10 denodados alumnos tuvieron la ocasión de conocer casi una decena de recetas típicas lucenses, coruñesas, orensanas y pontevedresas. Repartidos en 5 sesiones, cada semana se presentaban, explicaban y elaboraban 1 o 2 platos.
Recetas muy variopintas sobrevolaron los fogones y encimeras de los aprendices; desde el raxo o la zorza, hasta la empanada, pasando por las filloas o la tarta santiaguesa, fueron algunos de los ejemplos de lo que se anduvo cocinando en las clases.
Previamente al inicio, la Unidad de Autonomía Personal puso a disposición del docente un técnico rehabilitador, que le estuvo enseñando y formando sobre discapacidad visual, sobre accesibilidad doméstica, sobre adaptaciones, sobre técnicas de cocinado para personas ciegas, etc.
Este tipo de iniciativas gastronómicas se llevan desarrollando en Madrid desde hace muchos años. Cierto es que cada trimestre se plantea una temática diferente y se buscan recetas con un denominador común (cocina mediterránea, cocina japonesa, cocina detox, etc).
Los usuarios ya están contando los días para el siguiente curso. ¡Quién sabe de qué versará el próximo...!
